[ACTUALIZACIÓN] Chumbivilcas: Sentencia por matanza de Cashahui

Un tiempo de desesperanza y dolor en nuestro país, fue el del terrorismo: Asesinatos, violaciones de derechos humanos, desapariciones forzadas y violencia en todas sus manifestaciones. Lo que empeoró está situación, fue el papel de las fuerzas del orden frente a toda persona ‘sospechosa’ de ser terrorista, pues esto generó que existan víctimas de violaciones sexuales, agresiones físicas y verbales y matanzas colectivas de campesinas y campesinos.

#Cusco, es uno de los territorios que más sufrió el terrorismo de Sendero Luminoso, pero también los actos de crueldad e indiferencia (aún latente) de parte de los gobiernos y fuerzas armadas, principalmente en las provincias altas y sus comunidades. Uno de los casos más emblemáticos es el de Cashahui, Chumbivilcas, ocurrido en abril de 1990, fecha en que doce campesinos fueron asesinados por un grupo de militares. Lo que sucedió, fue tan, o más, brutal que cualquier situación vivida en esa época, pues las víctimas fueron dinamitadas para luego ser rematados a balazos.

Este caso, ganó visibilidad en el 2014, año en que reinició el juicio oral contra los ocho militares involucrados en los asesinatos: Jaime Manuel Pando Navarrete, capitán EP (r) de la Base Contrasubversiva de Antabamba; Alan Olivari, teniente (r) a cargo de patrulla; y los soldados (r) Federico Cahuascanco Pucho, Mario Cruz Porcela, Felipe Montañez Ccama, Beltrán Tapia Carrasco, Alberto Alviz Medina y José Pérez Quispe, para quienes la Fiscalía pide 35 años de cárcel.

Después de 27 años de impunidad e injusticias- muchas esposas, esposos y familiares de las víctimas ya han fallecido- hoy podría ser el día en que se obtenga un halo de justicia para las comunidades afectadas por esta matanza, pues ayer, después de alrededor 4 horas de lectura de expedientes, la Sala Penal Nacional dictaminó una sentencia contra las militares incriminados.                 

     

Los hechos

La masacre ocurrió en la comunidad Collpa Cashahui de #Chumbivilcas (#Cusco), en los últimos meses del primer gobierno de Alan García.  Los hechos empezaron cuando una patrulla militar de la Base Contrasubversiva de Antabamba (Apurímac), detuvo a un grupo de campesinos para acusarlos de ser parte de Sendero Luminoso. Los torturaron para que confiesen que eran terroristas, para después llevarlos semidesnudos y ensangrentados hasta el cerro Capollullo, ahí los dinamitaron, para después dispararles y asegurar su muerte. Al mando de los militares se encontraba el teniente del Ejército Peruano (EP), Alan Walter Olivari Medina, apodado “Teniente Negro”.

Sentencia final

El caso llegó a los tribunales dos meses después del crimen, pero el Juzgado de #Chumbivilcas decidió archivar el caso en tres ocasiones. En 1996 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ordenó al estado Peruano que vuelva a juzgar el caso. La Comisión de la Verdad y Reconciliación dedica páginas completas a este caso. Para el 2014 se reinició el juicio oral y, después de 27 años, ayer se dictaminó una sentencia.

El Tribunal de Justicia pudo probar la existencia de la base militar de #Antabamba y que la patrulla militar al mando de Olivari recorrió diversas comunidades de las zonas altas de #Cusco. La sentencia fue condenatoria imponiendo 17 años de pena privativa de la libertad para Alan Edward Olivari Medina (Teniente Negro), por desapariciones forzadas, homicidio calificado y lesiones seguidas de muerte; los otros seis miembros de la Patrulla se les condenó entre 8 a 10 años, por los mismo delitos; mientras que Jaime Pando Navarrete, jefe de la base militar, fue condenado a 15 años únicamente por el delito de desapariciones forzadas, pues fue absuelto de otros delitos por falta de pruebas.

Absueltos por violación sexual

Por los delitos de violación sexual a esposas de las víctimas y comuneras, fueron absueltos con argumentos cuestionables. Según la Sala Penal la denuncia fue motivada por las mujeres a manera de venganza hacia los soldados que desaparecieron a sus esposos o familiares. Gloria Cano, Abogada Defensora e Integrante de APRODEH, se pronunció: “Para que una mujer denuncie una violación múltiple en un poblado con todo el estigma que ello conlleva es un gran esfuerzo y valentía, no, de ninguna manera puede señalarse que la denuncia fue falsa”.

Sin embargo existen pruebas respecto a una de las violaciones, aunque fue imposible determinar cuál de los agentes policiales y militares procesados había cometido el delito, por ello se resolvió absolver a todos los implicados. La defensa de las víctimas se prepara para seguir el proceso en la instancia suprema y lograr que los casos de violación sexual no queden impunes.

Solo tres familiares de las víctimas se hicieron presente en la lectura de la sentencia, ellos eran niños cuando ocurrieron los sucesos. Anoche con la lectura de los testimonios conocieron a detalle la masacre y vulneración de derechos que sufrió su gente, su propia familia. Los principales acusados no se hicieron presentes, así que toca vigilar y exigir al Estado los capturé para que cumplan su condena, y por fin, después de 27 años, realmente se haga justicia.

La abogada y ex Directora de Derechos Humanos sin Fronteras, estuvo presente en la Sala, y a través de su cuenta de Facebook, publicó un conmovedor mensaje: <<Al salir de la Sala Penal, Javier Alférez Huisa, hijo de Telesforo Alférez, conteniendo las lágrimas me dijo: “…me siento triste, he revivido lo que vivieron los míos, pero no ha sido por gusto, ahora mi pueblo sabrá que algo de justicia tenemos los pobres”>>

La defensa de las víctimas, a lo largo de este tiempo, estuvo a cargo de abogadas y abogados de  la Vicaria de Solidaridad de la Prelatura de Sicuani, y se contó con el apoyo y acompañamiento de Asociación Pro Derechos Humanos (Aprodeh), Derechos Humanos Sin Fronteras (DHSF).

Las víctimas

La información reunida por las investigaciones y diligencias practicadas por el Ministerio Público, por la Comisión de la Verdad y Reconciliación han permitido identificar como víctimas a las siguientes personas:

a) Las personas ejecutadas extrajudicialmente fueron:

1) Julio Apfata Tañire (28) Natural de Tirani, Quiñota, Chumbivilcas, Cusco. Presenta lesiones producto de impactos de bala, explosiones de granadas y quemaduras. La causa de muerte fue paro cardio-respiratorio por hemorragia masiva por perforación y destrucción de los órganos nobles del corazón, pulmones y las demás vísceras.

2) Balvino Huamaní Medina (60) Natural de Ccasahui, Llusco, Chumbivilcas, Cusco. Murió como producto de un traumatismo cráneo encefálico de etiología desconocida.

3) Zenón Huisa Pacco (20) Natural de Ccasahui, Llusco, Chumbivilcas, Cusco. Murió como producto de heridas punzo cortantes. Presenta además lesiones producto de explosiones de granadas y quemaduras. La causa de muerte fue paro cardio respiratorio por hemorragia interna debido a la destrucción de órganos nobles, pulmones, corazón, intestinos.

4) Juan Huisa Pacco (22) Natural de Ccasahui, Llusco, Chumbivilcas, Cusco. Murió por efecto del impacto de las balas. La causa de muerte fue paro cardiaco respiratorio por traumatismo encéfalo craneano grave y por destrucción de la masa encefálica por el proyectil.

5) Gregorio Alférez Triveño (20) Natural de Ccasahui, Llusco, Chumbivilcas, Cusco. Murió por efecto del impacto de las balas. La causa de muerte fue paro cardio-respiratorio por hemorragia interna de órganos nobles: cerebro, pulmones y destrucción del hígado, riñones, bazo.

6) Marcos Sacarías Huisa Llamoca (38) Natural de Ccasahui, Llusco, Chumbivilcas, Cusco. Murió por efecto del impacto de las balas. La causa de muerte fue paro cardio-respiratorio por hemorragia interna por compromiso de órganos nobles: pulmones, corazón e hígado.

7) José Eusebio Huamaní Charcahuana. Natural de Collana Nanrapata, Chumbivilcas, Cusco. Murió por efecto del impacto de las balas. La causa de muerte fue paro cardio-respiratorio, traumatismo cráneo encefálico grave por destrucción de la masa encefálica, hemorragia interna por compromiso de órganos nobles, pulmones.

8) Jesús Jauja Sullo (22) Natural de Tirani, Quiñota, Chumbivilcas, Cusco. Registra muerte por traumatismo encéfalo craneano, sin señalarse su origen. La causa de muerte fue paro cardio-respiratorio y traumatismo cráneo encefálico grave por destrucción del cráneo, hemorragia interna por destrucción de órganos nobles.

9) Eustaquio Apfata Salhua (20) Natural de Tirani, Quiñota, Chumbivilcas, Cusco. Murió por efecto del impacto de las balas. La causa de muerte fue paro cardio- respiratorio por hemorragia interna debido a lesiones graves y destrucción de órganos nobles: cerebro, pulmones, hígado, bazo, riñones.

10) Julio Huamaní Huisa (30) Natural de Collana, Chumbivilcas, Cusco. Murió por efecto del impacto de las balas. La causa de muerte fue paro cardio-respiratorio por traumatismo encéfalo craneano grave y destrucción de la masa encefálica.

11) Marcos Torres Salhua (30) Natural de Ccasahui, Llusco, Chumbivilcas, Cusco. Murió por efecto del impacto de las balas. La causa de muerte fue paro cardio-respiratorio por traumatismo grave de órganos, pulmones, cerebro, hígado.

12) Hermenegildo Jauja Salazar (60) Natural de Tirani, Quiñota, Chumbivilcas, Cusco.

13) Víctor Huachaca Gómez Natural de Cochapata, Chumbivilcas, Cusco. (Murió por los golpes recibidos).

b)Las personas desaparecidas por la patrulla militar fueron:

1) Quintín Alférez Cjuro Natural de Ccasahui, Llusco, Chumbivilcas, Cusco.

2) Telésforo Alférez Achinquipa Natural de Ccollpa, Chumbivilcas, Cusco.

3) Gregorio Huisa Alccahuaman Natural de Ccasahui, Llusco, Chumbivilcas, Cusco.

4) Damasio Charccahuana Huisa Natural de Mosco, Chumbivilcas, Cusco.

5) Toribio Achinquipa Pacco Natural de Ccollpa, Chumbivilcas, Cusco.

6) Pedro Gómez,

7) Máximo Huamán (o Huamanga); y,

8) Una niña de aproximadamente 8 años

c) Las personas que fueron víctimas de lesiones y malos tratos fueron:

1) Santiago Apfata Aroni Natural de Tirani, distrito de Quiñota, Chumbivilcas, Cusco.

2) Sebastián Apfata Binga Natural de Tirani, distrito de Quiñota, Chumbivilcas, Cusco.