‘Queremos ser luz’ – Entrevista a Wendy Auccapiña, Activista LGTBQ+ del Cusco

Wendy Shiarmeli Auccapure Auccapiña, tiene 26 años y nació en Huaro, es bachiller en Antropología, se autoidentifica como indígena, Afro-Cusqueña y lesbiana. Laboralmente está enfocada al acompañamiento de organizaciones de mujeres campesinas con la ONG ´CMP Flora Tristán’, e iniciando una investigación sobre trata de mujeres en Cusco con la fundación ‘Tierra de Hombres’. Wendy es una activista feminista, integrante del colectivo ‘Género Rebelde’, ex representante del colectivo de diversidad sexual ‘Kuychi Ayllu’, y ahora y dirige la colectiva lésbico Trans Feminista ‘Kachkaniraqmi’, conversamos con ella para conocer más de su vida y reconocer desde su experiencia, a dónde apunta Cusco en la construcción de la igualdad (de género).

Wendy, te identificas como una mujer lesbiana ¿Cómo fue ese proceso en tu vida?

Los desafíos fueron muchos, el reconocerme lesbiana en un contexto tan conservador, lésbico-trans-homofóbico es muy difícil. Resultó un choque conmigo misma, con mi entorno social, con mi familia que es católica y tradicional. Existía mucho miedo de perder a mis seres queridos. Pero este proceso, lo viví en una coyuntura en la que era muy evidente la vulneración de derechos hacia la comunidad LGTB, así que en el camino me fui encontrando con personas que querían hacer un pare a los prejuicios con información sobre los temas de diversidad, con las cuales me sentí acompañada y pude acompañar también a muchas personas, y es cómo se forma la primera colectiva lésbica trans feminista con la que inicia todo esta revolución Cusqueña y empezamos a poner las voces y las cuerpas en las calles.

Esta visibilidad ¿también te generó desencuentros o manifestaciones de violencia?

Siento que desde un inicio fue muy violento, en uno de nuestros plantones informativos un periodista me pregunto cómo tenemos relaciones sexuales las lesbianas, en otro espacio una señora llegó a gritarnos diciendo que estamos enfermas o que somos el demonio (…) y lo más reciente fue hace unas semanas, que me botaron de un parque público cuando estaba sentada con mi novia, esto es el día a día que a la comunidad LGTB nos toca enfrentar.

¿Y cuál es la situación con tu identidad indígena?

Mi experiencia como estudiante de antropología me ayudó mucho a reafirmar mi identidad indígena, sin embargo el reconocerse indígena y lesbiana también es un proceso fuerte (…) En la cultura andina no se discrimina a la comunidad LGBT, pero no es aceptada como un modo de vida homosexual dentro de esta. En la cultura andina se menciona la dualidad y se romantiza la armonía de esta, y la construcción de la familia basada en la binariedad de los géneros, es fundamental para que tu familia sea reconocida y se practique el ayni, la productividad y prosperidad en tu comunidad. Para mi papá mi orientación era una imposición aprendida del extranjero de occidente, mi mamá sufría porque creía que me quedaría sola, y hasta el momento lo más fuerte es el haber recibido agresión física y verbal de parte de mi hermano porque no aceptaba y no entendía lo que significa ser una persona disidente en el Cusco.

La situación de violencia es diferenciada, la violencia contra las mujeres tiene muchas manifestaciones…

El contexto de violencia en el Cusco es alarmante, las mujeres estamos en un estado de emergencia, nos violan, nos matan, nos descuartizan, nos queman, nos acosan, nos humillan día a día, desde el amanecer hasta el anochecer. Los espacios públicos están hechos para hombres, y eso ha limitado mucho el desarrollo de nuestras capacidades como mujeres que están bajo construcciones estereotipadas, y es ahí donde nos encasillan en roles diferenciados para hombres y mujeres. Desde que soy visible con mi enamorada no recuerdo un solo día en el que no nos hayan mirado con indiferencia, o insultardo e incluso empujarnos, quieren censurarnos de muchos espacios, y eso no nos hace bajar la guardia en ningún momento, nos obliga a vivir en un Estado de alerta y defensa permanente. Ni que decir de las mujeres trans, que son las que viven más vulneración a sus derechos por no contar con una ley de identidad de género, tampoco hay políticas de inclusión que son necesarias y urgentes como es el cupo laboral trans en las empresas públicas y privadas para que no sean relegadas a opciones de trabajo que no son elegidas.

¿Y Frente a este escenario, cuál es tu consigna de lucha personal y colectiva para hacerle frente a estas violencias explícitas y simbólicas?

Yo no creo que seamos minoría, lo que pasa es que existe mucho temor de ser visibles justamente por este contexto de violencia que sufrimos a diario. Creo que es tiempo de unirnos para hacer realmente patria y luchemos frente a todo tipo de discriminación y racismo de esta sociedad que nos violenta día a día. Vamos a seguir existiendo, mencionándonos y gritando nuestra existencia porque lo que no se menciona no existe, y la comunidad LGTBQ+ existimos y queremos todos nuestros derechos, queremos ser luz, e iluminar de colores las calles, porque el odio no cabe en nuestras cuerpas llenas de amor y orgullo, y decirle al Cusco que estamos aquí siendo hijas, hermanas, nietas, indígenas, cusqueñas, lesbianas, trans, bisexuales, afrodescendientes, que somos mujeres diversas latiendo en esta pachamama•

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