Redacción DHSF
En las comunidades andinas el agua tiene un valor simbólico y cultural. Por eso, en el Día Mundial del Agua, destacamos el aporte de la gestión comunitaria del agua, especialmente de las mujeres, quienes sostienen y encabezan la lucha por la defensa de sus territorios.
Sin embargo, la explotación de los recursos naturales impacta la vida de las comunidades campesinas ubicadas cerca y alrededor de proyectos desarrollistas, como es el caso de los proyectos extractivos mineros que generan una afectación mayor y diferenciada en las mujeres que en los varones, por su condición de desventaja social.
ESTUDIOS
En las provincias altas de la región Cusco, principalmente en Espinar, varios estudios han señalado que el agua de consumo humano contiene elementos tóxicos.
Según el estudio realizado por el Subgrupo de Medio Ambiente de la Mesa de Diálogo de Espinar, en enero de 2013, se obtuvo los siguientes resultados:
- Se programó analizar 481 puntos de monitoreo de agua, sedimentos, aire y suelo.
- Finalmente se determinaron 313 puntos de monitoreo de agua superficial, agua subterránea, agua de consumo humano, suelo, aire y sedimento, de los cuales 165 puntos (52.71 %) eran puntos críticos ya que no cumplían con los estándares ambientales.
- Se concluyó que existía alta concentración de metales en la zona de influencia minera en las comunidades de Tintaya Marquiri, Alto Huancané, Bajo Huancané, Alto Huarca, Huinipampa, Quetara y Huisa. Esto suponía una asociación directa entre los valores encontrados y la zona de actividad minera.
- Los principales metales encontrados fueron mercurio, arsénico, cadmio y plomo en al menos 64 puntos de los 165 puntos críticos.
- De los 64 puntos críticos con al menos un metal pesado por encima de los estándares, 30 de ellos corresponden al componente de agua de consumo humano.
- Los parámetros que excedían en el componente de agua de consumo humano de la comunidad de Huisa fueron mercurio, fósforo y pH.
- Los parámetros que excedían en el componente de agua de consumo humano de la comunidad de Alto Huancané fueron aluminio, mercurio y plomo.
Asimismo, en el análisis de los monitoreos ambientales de aguas superficiales y subterráneas de Espinar, realizado por la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y Contramuestra de la Municipalidad Provincial de Espinar (CM MPE) en el periodo 2012 a 2015 se llegaron a las siguientes conclusiones:
- La cuenca del rio Cañipía presenta puntos de monitoreo recurrentes cercanos a Antapaccay y la relavera de Huanimpampa en el periodo analizado, con presencia de magnesio, sodio, mercurio, fosfato, sulfato, molibdeno que superan los estándares ambientales.
- La cuenta del rio Salado presenta puntos recurrentes en cercanos a la unidad minera Tintaya y relavera de Ccamacmayo con presencia de arsénico, magnesio, sulfato, selenio, sodio, hierro, aluminio, boro, cadmio y cobre.
- El OEFA y la ANA, como entidades competentes, deberían continuar realizando el monitoreo ambiental, tomando en cuenta; los puntos críticos, medición de caudales y mayor frecuencia de monitoreo en un año que ayuda en el análisis de los puntos de monitoreo.
- Un monitoreo y análisis riguroso es crítico para la caracterización de aguas, evaluación de impactos; asimismo, la participación real de la población y la transparencia en la entrega de resultados es vital para generar credibilidad en las instituciones del estado.
Además, de acuerdo al informe “Estado de salud fallido”, realizado por Amnistía Internacional con el apoyo de Derechos Humanos Sin Fronteras y presentada en mayo de 2021, en Espinar, de una muestra de 150 personas, se encontró que 117 tenían altos niveles de metales y sustancias tóxicas como arsénico, plomo, mercurio, cadmio y manganeso. Dicha investigación se realizó en 11 comunidades indígenas que se encuentran en el área de influencia del proyecto minero Antapaccay Expansión Tintaya – Integración Coroccohuayco.
Desde Derechos Humanos Sin Fronteras hacemos hincapié que el agua es un derecho humano, entonces corresponde al Estado peruano asegurar que este derecho se respete y se garantice para todas y todos. No hay que olvidar tampoco el rol de las comunidades campesinas, sobre todo de las mujeres rurales frente al discurso dominante de que el agua es una mercancía. ¡El agua es vida, por eso lo defiendo!