Por Fredy Choquemallco
Área Derechos Colectivos y Medio Ambiente, DHSF
“Las comunidades campesinas son las que conocen sus territorios, y tienen el derecho a gestionar, vigilar, opinar y discutir sobre los recursos naturales, los posibles impactos negativos y vivir en un ambiente sano e equilibrado”
A inicios del año 2018, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) detalló que el Perú tiene una cartera de 49 proyectos de inversión minera, en los últimos 10 años. La minería ha generado un crecimiento importante en el país, sin embargo, trajo consigo diversos conflictos frente a los impactos ambientales que cierto sector de la actividad minera genera, entre las consecuencias ambientales esta la afectación al agua.
En este contexto surgen nuevas paradigmas y formas de participación comunitaria, tales como los Comités de Vigilancia y Monitoreo Ambiental Comunitario (CVMAC), que se originan con la finalidad de mejorar la participación de las comunidades y autoridades de competencia ambiental y territorial frente a las inversiones mineras, así como también generar lazos de confianza y participación activa y real de la sociedad, con mecanismos que permitan vigilar y conocer qué impactos genera la actividad minera en sus diferentes etapas.
En específico, en la provincia cusqueña de Espinar, una de las actividades económicas de interés nacional es la minera frente a las actividades económicas que desarrollan las comunidades campesinas, como la ganadería y la agricultura, por ende, los conflictos, como en muchas zonas del país, siguen surgiendo por el acceso a agua de calidad y en cantidad; frente a este escenario surge la Asociación de Vigilantes y Monitores Ambientales de Espinar (AVMAE), que se conformó el 27 de octubre del 2017, y se formalizó legalmente el 28 de agosto del 2018. Este espacio de participación lo integran comunidades, líderes, estudiantes y organizaciones de sociedad civil, y se dedican a promover y contribuir en la protección de la calidad ambiental, en especial de sus propios recursos hídricos, a través de la vigilancia y monitoreo comunitario en las subcuencas hidrográficas de la provincia de Espinar.
La AVMAE, durante el 2018 ha venido trabajando con tres líneas de acción:
1) Fortalecimiento de Capacidades; involucra la capacitación interna de la Asociación y la capacitación de las comunidades sobre gestión, vigilancia y monitoreo de los recursos hídricos con enfoque de cuenca. 2) Vigilancia y monitoreo; impulsar y ejecutar el monitoreo comunitario de la calidad del agua en la cuenca Cañipia, réplica de monitoreo en la comunidad de Huinicoroccohuayco y Oquebamba, sistematización del informe de monitoreo comunitario del agua, participación, involucramiento y articulación con las comunidades campesinas en el monitoreo de contra-muestra de la calidad de las aguas superficiales y sedimento realizado por la Autoridad Nacional del Agua en la cuenca Salado y Cañipía; e 3) Incidencia; trabajar en el reconocimiento legal de la asociación en registros públicos, organización y participación de foros y campañas de sensibilización en el marco del día mundial de agua y medio ambiente, participación en eventos públicos y compartir de experiencias para la construcción y mejora de la gestión social comunitaria del agua en los diferentes territorios y contextos, participación y aporte en el Congreso de la República sobre la modificatoria al proyecto de (Ley 336/2016 – CR)¹ impulsada por la congresista María Elena Foronda Farro sobre la ley que articula la VMAC.
Los principales logros del AVMAE han sido la conformación y constitución legal de la asociación que permitirá el mejor desempeño y participación en espacios de concertación, fortalecimiento de capacidades y las acciones permanentes de la vigilancia y monitoreo comunitario del agua en el río Cañipía. Consideramos que aún existen desafíos, principalmente el reconocimiento de la experiencia de vigilancia y monitoreo comunitario del agua por el gobierno local, regional y/o nacional, incidir en la promoción de iniciativas legislativas sobre vigilancia y monitoreo comunitario del agua para garantizar la calidad y cantidad de agua y la gestión integral de los recursos hídricos y finalmente la auto-sostenibilidad de la experiencia de vigilancia y monitoreo comunitario en lo económico y organizacional.
Creemos y apostamos por experiencias como la VMAC, porque puede estimular la participación de las comunidades en el proceso de la generación y apropiación del conocimiento, que permita fomentar la toma de decisiones al interior y exterior de la comunidad y de cada líder en la defensa de sus derechos individuales y colectivos-derecho al acceso al agua de calidad y cantidad- y opinar sobre los posibles impactos que pueda generar las actividades económicas mineras que se ubican en las cabeceras de cuencas y que puede generar cambios negativos en el aspecto ambiental, económico, social y cultural. Además, consideramos que se debe articular estas experiencias comunitarias con el Sistema Nacional de Gestión Ambiental sobre las actividades que realiza la Autoridad Nacional del Agua (ANA), el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) y todas las entidades que tengan responsabilidad de garantizar a vivir en un ambiente sano y equilibrado en el presente y para las futuras generaciones.
Esperamos que para el 2019, la experiencia de monitoreo comunitario en Espinar se fortalezca y logre mayor reconocimiento de la población, que la iniciativa se pueda réplicar en otras provincias donde existen actividades extractivas, y, que desde el Estado se trabaje para que los estudios realizados por este tipo de comités sean vinculantes•
1 Ley de articulación de la vigilancia y el monitoreo ambiental y social, ciudadano e indígena en el sistema nacional de gestión ambiental.