Por Clotilde Flores Área Legal – DHSF Cusco
El 13 de abril se cumplió un año desde que encontraron el cuerpo sin vida de la docente Chumbivilcana María Zenaida Huamaní Vega, en las instalaciones del hostal “Fory Fay”, en Mollendo, Arequipa, en esa fecha Zenaida bordeaba los 33 años y tenía una hija de apenas 6 días de nacida. Debido a los elementos encontrados en la habitación del hostal, tales como un envase plástico, veneno para ratas y botellas de gaseosa con su contenido a la mitad, se presumió que se trataba de un suicidio; sin embargo, y por denuncia de la familia de Zenaida, el caso no terminaba allí, debido a los antecedentes de violencia y maltrato que Zenaida había recibido por parte del padre de su hija, Daniel Charres Choque.
El extraño comportamiento de Charres ha generado la convicción en la familia de la profesora que éste sujeto la habría instigado al suicidio. Ello debido a que el día 11 de abril del año 2016, última vez en el que se vio con vida a Zenaida, Daniel Charres acudió con ella para registrar a la menor ante la RENIEC y luego, según su declaración, se habría quedado toda la tarde cuidando de su menor hija mientras Zenaida acudía al encuentro de su hermano menor a las dos y media de la tarde, no llegando a contactarla desde ése momento hasta que el día 13 de abril que es notificado por una compañera de trabajo de la muerte de Zenaida.
Un testigo afirma haberse encontrado con Zenaida alrededor de las cuatro y media de la tarde del día 11, en la intersección de las avenidas Paucarpata con Independencia, Arequipa, y tan pronto como la saludó notó el nerviosismo y preocupación de Zenaida, quien mencionó que le habían quitado a su hija y estaban viniendo por ella; momento en el cual el testigo afirma que Daniel Charres se acercó a ella y jalándola de la ropa la condujo hasta un taxi blanco sin ruta determinada. Horas después cerca de las 10 de la noche, la cámara de seguridad en el hostal “Fory Fay” registraba la imagen de Zenaida ingresando al local y solicitando una habitación. Su comportamiento al mirar de forma reiterada hacia atrás, ha sido interpretado por su familia que ella podría haber sido forzada a entrar en el lugar.
No se supo de ella hasta el día 13 de abril en horas de la mañana, cuando la dueña del hostal notificó a la policía sobre el hallazgo del cuerpo. Mientras tanto Daniel Charres casi a la misma hora interponía una denuncia verbal por abandono de hogar en contra de Zenaida.
Pese a los testimonios de familiares y compañeros de Zenaida, Daniel niega rotundamente que haya discutido o peleado con ella afirmando que ambos habrían tenido una relación pacífica desde el año 2013, todo lo contrario a las afirmaciones que lo han mostrado como una persona posesiva, agresiva y sumamente celosa que atentó contra la vida de Zenaida en reiteradas ocasiones, incluso cuando ella estaba en periodo de gestación, provocándole dos amenazas de aborto.
El caso de Zenaida ha conmocionado a la provincia de Chumbivilcas, pues fue una docente muy querida y una de las lideresas más notables del SUTEP.
Al respecto la fiscalía corporativa penal de la provincia de Islay, Arequipa, inició una investigación por insistencia de la familia de Zenaida, pero esta tiene serias deficiencias y omisiones, como que en la necropsia practicada al cuerpo de Zenaida se han encontrado lesiones y hematomas en sus extremidades inferiores y no se hayan considerado como parte de la investigación; por otro lado el examen toxicológico realizado a las muestras gástricas de la víctima no se contrastaron adecuadamente llegando al colmo de terminar las muestras descartando todos los tóxicos posibles menos los encontrados en la escena al momento del levantamiento del cuerpo, entre otras observaciones. Por consiguiente no hay certeza de que la muerte haya sido producto de un suicidio quedando pendiente la resolución del caso; sin embargo el Fiscal ha intentado archivar la investigación.
A la fecha Daniel ha rehuido al examen sicológico que dictaminó el fiscal y muy por el contrario ha realizado todos los trámites necesarios para hacerse de los bienes de Zenaida, por intermedio de su menor hija, a quien dicho sea de paso no ha permitido sea visitada por su abuela y tíos maternos y que por ley sería heredera de todos los bienes materiales de Zenaida, incluyendo el dinero recibido por ser afectada de la minería.
Agripina Vega Rimache, madre de Zenaida, ha iniciado la lucha para determinar lo que realmente le sucedió a su hija. Desde Chumbivilcas, Regidores, Instituciones y Docentes la están apoyando en presionar a las autoridades en seguir investigando. El caso de Zenaida ha conmocionado a la provincia de Chumbivilcas, pues fue una docente muy querida y una de las lideresas más notables del SUTEP. Desde nuestra institución nos unimos a esta lucha y estaremos atentos a las investigaciones.