Redacción DHSF
A un año de la declaratoria del confinamiento todavía seguimos azotados por la segunda ola de la COVID- 19, hay incertidumbre de por medio a pesar de que las medidas se hayan flexibilizado y se haya iniciado la vacunación. Nadie puede negar que fue un año de adaptación, ello incluye al sector educativo que significó un gran reto social, afectivo y psicológico tanto para las niñas y los niños.
La Agenda de la Mujer K’ana (2020 – 2025) y la Agenda de la Mujer Chumbivilcana (2019-2025) contempla como uno de sus ejes “La Educación Para la Igualdad” porque el acceso a la educación es un derecho y la desigualdad en este eje se evidencia en las zonas rurales.
El año escolar 2021, en escuelas públicas, comenzó el 15 de marzo y las niñas y niños siguen afectados por el cierre de sus escuelas. Ellos y ellas nuevamente se tienen que enfrentar a las clases remotas, es inminente que las desigualdades propias del acceso a internet y herramientas tecnológicas han afectado sus procesos de aprendizaje.
Esta situación se agrava en las zonas rurales donde los niños y niñas, el 2020, tuvieron que caminar para buscar señal de radio y escuchar las clases de “Aprendo En Casa” en lugares que no hay acceso a medios de comunicación, hogares campesinos que no cuentan con un celular, radio o televisión.
El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP), mediante la Política Nacional de Igualdad de Género (2019), señala la existencia de la desigualdad educativa. En el Perú, según la Encuesta Nacional de Hogares, 40% de niñas en áreas rurales abandonan el colegio por motivos familiares, embarazo adolescente y la falta de instituciones educativas que garanticen condiciones para que las estudiantes continúen asistiendo a clases antes y después del embarazo.
Así mismo, según HENAHO, 8.7% de la población femenina de 15 y más años de edad son analfabetas, mientras que en la población masculina es de 3%. En zonas rurales el % de mujeres analfabetas sube a un 23.5%,y la tasa de inasistencia a la secundaria de varones entre los 15 y 16 años es de 9%,a diferencia de un 11.1% de mujeres.
Elaborar informes sobre la situación educativa y laboral en las provincias y distritos, realizar talleres de sensibilización acerca de las perspectivas, rol y aporte de las mujeres en el desarrollo local, capacitar e implementar protocolos en instituciones educativas para que niñas embarazadas puedan continuar y finalizar sus estudios, realizar talleres de capacitación técnica según necesidades de mujeres adultas y jóvenes deben ser prioridad para el estado, gobiernos locales y regionales.
A pesar de la virtualidad y la situación que estamos atravesando en todo el mundo, no se debe olvidar que la educación es importante para garantizar el progreso de las sociedades. En este contexto electoral pareciera que se está dejando de lado a la educación. Los niños no votan, ¿Será por eso que no están mapeados en las propuestas de los partidos políticos ?, ¿Por qué seguimos olvidando a las zonas rurales?. Las brechas de género en cuanto a educación todavía persisten, el embarazo adolescente aún es un tema tabú, la agenda de género no se limita a la violencia, también incluye a la educación.