Cusco: mujeres de las comunidades campesinas se enfrentan al COVID-19 y a las heladas

Redacción DHSF

La temporada de invierno está a punto de empezar y todos los años viene acompañada de un evento extremo conocido en las zonas altas: helada. Esta condición climática afecta la salud y los medios de vida de los departamentos ubicados en la sierra sur del país. A diferencia de otras épocas, esta vez la pandemia del COVID-19 es un nuevo elemento en estos episodios de bajas temperaturas. Si bien la propagación del virus depende de ciertos factores, las comunidades campesinas no están exentas de un posible contagio.

TESTIMONIOS

En la provincia de Chumbivilcas, Flora Salas, presidente de la Organización Distrital de Mujeres de Quiñota, evita ir a la posta médica más cercana a atenderse. No quiere tener contacto con alguna persona infectada de COVID-19, por más síntomas que tenga a causa de una infección al sistema respiratorio.

“Tenemos miedo de ir por el coronavirus. Nos estamos cuidando en la casa. Y es que están llegando (personas) de las ciudades y están yendo de frente a la posta”, relata.

Por ahora, esta comunera utiliza alcohol, eucalipto, ajo y kión en la preparación de infusiones y así tratar de alguna manera una gripe, señala.

“Si hay alguna complicación no tendríamos a donde recurrir, pero por ahora solo hay casos simples y en la comunidad ya sabemos cómo curarnos con hierbas”, explica.

Junio, julio y agosto son los meses más crudos del invierno ya que en varias zonas caen las heladas. No obstante, durante el año, el Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología emite comunicados para alertar ante posibles descensos de temperatura de manera repentina y sin que estas estén sujetas a la época de invierno. Así como la última advertencia para los poblados, ubicados a más de 3 mil 800 metros sobre el nivel del mar, en donde la temperatura nocturna bajará hasta hoy 21 de mayo a 8 grados Celsius bajo cero; mientras que, en localidades sobre los 4 mil 200 metros a valores alrededor de los 14 grados bajo cero. En el caso de Cusco, la alerta se enfocó en Espinar.

Elsa Merma, quien vive en el distrito Yauri, provincia de Espinar, conoce bien el invierno de la sierra, así que está acostumbrada a que el tiempo se torne inestable, algunos días se presentan lluvias y otras veces cae la helada o como también no ocurra nada de eso.

“Ya no es como antes. Ha cambiado mucho, a veces cae lluvia, otras veces cae heladas. Otras veces el día está normal”, precisa.

A lo que sí ha tenido que habituarse es a cumplir con el aislamiento social y con el resto de medidas de prevención del coronavirus, por ello ahora procura saber distinguir entre los síntomas del COVID-19 y de la gripe común.

“Siempre hay que hacer recordar (a las personas) y diferenciar entre el COVID-19 y la gripe. Más ahora que se han reportado casos en Espinar”, sostiene.

Elsa al igual que Flora consumen preparados con base a hierbas para aliviar los malestares de la gripe estacional y ambas esperan que este invierno no les arrebate la tranquilidad, pues la pandemia ya ha cambiado el ritmo de vida en el mundo.

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