El 25 de noviembre, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, el colectivo “Las Tesis”, entre semanas de marchas y protestas, violencia, torturas, violaciones, desapariciones que va viviendo el pueblo Chileno desde octubre, realizaron su performance “Un Violador en Tu Camino” en las calles de Valparaiso, Chile. Letras con mucho fondo reflexivo que inclusive cuestiona la verdadera labor de los carabineros en ese país durante las protestas.
Desde esta fecha, en Guatemala, Colombia, Honduras, México, Costa Rica (casi toda América Latina) como también en EE.UU, Inglaterra, Francia, Italia, España, Rusia, Kenia, Tunicina e India, (ver aquí mapa donde se ha replicado el performance alrededor del mundo), las mujeres se han organizado para gritar en las calles y plazas de sus ciudades que, “el patriarcado es un juez, que nos juzga por nacer; y nuestro castigo es la violencia que no ves. Es femicidio, impunidad para mi asesino, es la desaparición, es la violación”. Estos gritos de auxilio en todos los idiomas han demostrado que el problema de violencia de género existe y está matando a miles de mujeres a nivel mundial.
Letras simples y directas que verbalizan la frustración e injustica que las mujeres viven, solo por ser mujeres. Este movimiento masivo, no solo es de mujeres que se auto identifican como feministas, sino también de mujeres indignadas que ahora también han sido estigmatizadas como feminazis. Lo que hoy sucede es un acto político que ha atravesado diferencias de edad, de cultura, de religión y de lenguaje. Lo que las une es el atreverse a decir públicamente, que la culpa no era de ella, que no importa donde una estaba, ni como estaba vestida, el violador está ahí acechándola todo el tiempo. No hay justificación para la violación, y si tenemos que buscar un responsable es el violador. Por eso, además de decir que estas letras son “contagiosas y de buen ritmo”, nos debería llevar a la reflexión de que es una manifestación física de una sociedad y estado dominador, colonial, capitalista y patriarcal, que juzga y culpa a la mujer por la violación.
En Chile se replicó el performance el 04 de diciembre con 10 mil y más mujeres mayores de 40 años que se auto convocaron en el frontis del Estadio Nacional de Santiago. Lugar donde fue campamento de prisión y tortura durante el golpe de estado de 1973. Un acto simbólico, de mujeres que sobrevivieron los años de dictadura reconociendo los esfuerzos de mujeres jóvenes, quienes al igual que ellas, ya no toleran la injusticia, están dispuestas a exponer su seguridad y alzar su voz. Fue muy emotivo ver a estas mujeres quienes declaraban que su principal motivación era ver tanta juventud valiente exigiendo el cese a la violencia contra la mujer. Muchas de ellas recordaban con mucho dolor lo difícil que había sido en sus tiempos denunciar una violación, ese día era reivindicativo para expulsar todo el silencio acumulado.
En Turquía se vio otro acto de solidaridad entre mujeres. Como respuesta a la detención de siete mujeres durante la réplica de la performance en Estambul el pasado 08 de diciembre, mujeres parlamentarias usaron su inmunidad parlamentaria para cantar el himno desde sus asientos en pleno parlamento. Detrás de ellas sus colegas varones levantaron rostros de mujeres asesinadas en feminicidios. Este tipo de acciones nos demuestra también que la solidaridad existe en todo ámbito, s y que se debería de seguir reforzando no solo en las calles, pero desde el parlamento, los colegios, la casa, el trabajo y que los varones también pueden ser aliados.
En el Perú, la réplica se realizó en Piura, Cajamarca, Lima, Arequipa, Abancay, Apurímac y en Cusco vestidas en polleras, pantalones, vestidos, en lo que ellas querían usar, con úteros recordando a las miles de mujeres esterilizadas en el país durante el gobierno de Fujimori- un acto de violencia -alrededor de cien mujeres se reunieron en la plaza de armas de Cusco, frente a la catedral y el poder judicial el sábado 07 de diciembre. “Qanmi chay violadorqa kanki” fue el grito colectivo en Quechua. Con cada verso más y más mujeres se sumaron, entre turistas, vendedoras ambulantes y mujeres de toda edad, levantaban la mano y aplaudían de emoción. ¿Y por qué se sumaron? Porque toda mujer ha sufrido alguna violencia, ha sido acosada, tocada indebidamente, golpeada, humillada, violada y conoce a muchas más que han sufrido lo mismo o peor, que ya no están para gritarlo. Esta es una ola de dolor y de resistencia, donde ya no se tolera la violencia contra la mujer.
Aquí el video de la intervención en Cusco:
Producción y edición de video: Jaiflor Aragón
El 2019 se vuelve un año más con 127,417 denuncias de violencia contra la mujer, dejando entre nosotras 152 mujeres asesinadas y 189 niños y niñas en situación de abandono. Es necesario que reflexionemos todas y todos, sobre cuanto estamos haciendo para erradicar el machismo arraigado en lo más profundo de nuestras entrañas, ¿Cuántas víctimas más serán parte de las estadísticas? ¿Cuándo dejaremos de excusar al violador?
No tenemos que ser mujer para luchar por la justicia en base al género. Vivimos en sociedad, somos parte de ella, creamos la sociedad y podemos cambiarla. El patriarcado es estructural, sostenido y promulgado por todas y todos. El violador puede ser tú, el indiferente puede ser tú, pero el/la que cambie esta situación también puedes ser tú.