Chumbivilcas y Espinar: Las dificultades del ejercicio de los derechos sexuales y reproductivos

Por: Área de Comunicación, Incidencia y Género

Todas las personas tienen derecho a decidir sobre su salud, su cuerpo y su vida sexual, sin ningún tipo de abuso, coerción, violencia o discriminación. En materia de derechos sexuales y reproductivos todos tenemos la libertad a decidir.

En el marco del Día Internacional de la Mujer, el ejercicio de estos derechos es uno de los grandes desafíos de las provincias altoandinas. Esto requiere mejorar los servicios de prevención y asistencia médica de calidad para las mujeres en todas las etapas de vida con enfoque de género e interculturalidad.

La Agenda de la Mujer K’ana (2020 – 2025) y la Agenda de la Mujer Chumbivilcana (2019-2025), se elaboraron en un proceso amplio y participativo. Las organizaciones sociales de mujeres identificaron la salud y los derechos sexuales y reproductivos como una problemática que debería ser atendida, de manera prioritaria, por el gobierno regional y local.

La presidenta de la Asociación de Mujeres Víctimas de Esterilizaciones Forzadas de Chumbivilcas, Inés Condori Anaya, considera que el cumplimiento de las agendas constituye el respeto de los derechos de las mujeres. “En esta pandemia las mujeres no hemos recibido una buena atención. Las mujeres estamos exigiendo nuestros derechos fundamentales, los cuales deben ser garantizados”, expresó.

El cumplimiento, al que hace referencia Inés Condori, se basa en las acciones estratégicas previstas en las agendas, específicamente en el eje 3 de la referida agenda, sobre salud, derechos sexuales y reproductivos: impulsar programas de formación, educación y consejería sobre salud sexual y productiva para adolescentes y mujeres jóvenes, realización de campañas itinerantes para la prevención de enfermedades de transmisión sexual, fortalecimiento de la red de promotores de salud, servicio de salud diferenciado y atención integral en salud a las víctimas de esterilizaciones forzadas, entre otros.

Las mujeres y niñas en zonas de pobreza forman el grupo más vulnerable de todo el país en riesgo de contraer infecciones de transmisión sexual, de tener un embarazo no planeado y de sufrir un aborto. En la región de Cusco, el 9.2 % de adolescentes tienen un embarazo no planeado [1], impactando sus vidas de manera permanente ya que rara vez son permitidas a continuar con sus estudios secundarios. Esta situación limita las posibilidades de obtener un trabajo estable e ingresos propios. El embarazo no planeado también expone a las adolescentes y mujeres a riesgos contra su vida. La segunda causa de muerte materna es el aborto clandestino. En el Perú se calcula cerca de 375,00 abortos clandestinos cada año [2].

Es importante informar y facilitar la distribución de métodos anticonceptivos modernos, especialmente en zonas rurales. Es obligación del Estado garantizar la educación sexual integral con enfoque de género, la administración de kits de emergencia para las víctimas de violación y, en caso de embarazo, la evaluación correspondiente para el acceso al aborto terapéutico.

Por lo tanto, es necesario que las autoridades locales, instituciones públicas y privadas y las organizaciones sociales de base unan esfuerzos para el cumplimiento de las agendas, las cuales nacieron para garantizar de manera integral los derechos fundamentales de las mujeres de Espinar y de Chumbivilcas.

 

Fuentes bibliográficas

[1] Instituto Nacional de Estadística e Informática (2017). Encuesta demográfica y salud familiar. Recuperado de https://www.inei.gob.pe/media/MenuRecursivo/publicaciones_digitales/Est/Lib1525/index.html

[2] Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (2013). Plan Nacional de Igualdad de Género 2012-2017. Recuperado de https://www.mimp.gob.pe/files/direcciones/dgignd/publicaciones/Caminado-hacia-la-igualdad-de-genero.pdf

 

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