Comunidades originarias se unen al paro indefinido de Espinar contra la empresa minera Antapaccay

Redacción DHSF

Las comunidades originarias impactadas por la actividad de la empresa minera Antapaccay en la provincia de Espinar como Alto Huarca, entre otras, se sumaron a la huelga indefinida que hoy cumple 22 días.

Este grupo de comunidades no solo exigen el cumplimiento de la entrega del bono solidario de S/ 1000, sino también piden la reformulación del Convenio Marco, acceso a la justicia ambiental, la atención inmediata a los afectados y afectadas por metales tóxicos, justicia por la violación de los derechos humanos durante las movilizaciones y otras demandas.

La dirigente de Comité de Lucha de Alto Huancané y afectada por metales tóxicos, Carmen Chambi Surco, pidió a la empresa minera y al Estado que se responsabilicen de la salud de los afectados, al igual que el Ministerio de Salud que debe atender de manera inmediata y de forma especializada a las poblaciones afectadas por los metales tóxicos. “Lamentablemente tras varios años de lucha no hemos sido escuchados por el presidente de la República, por los ministros, por los congresistas; por el contrario, nuestra lucha ha recibido represión de los policías con sus armas y bombas lacrimógenas”, declaró.

Asimismo, Chambi rechazó la versión del jefe del Gabinete Ministerial, Pedro Cateriano, quien dijo que “la minería es una bendición”. “Señor Pedro Cateriano, la minería no es una bendición, sino es una maldición. Usted no vive aquí, no conoce nuestra realidad, usted no sabe que estamos condenados a morir por la contaminación”, retó la dirigente al aún premier.

Foto: las mujeres en primera línea de las protestas

Por su parte, la dirigente de Comité de Lucha de Alto Huancané, Flor Nélida Cutí Ñuñonqa, manifestó lo siguiente frente a la contaminación de la que son víctimas las comunidades del área de influencia de la minera: “A veces la gente de afuera piensan que nosotros somos ricos, por lo que somos de comunidades donde está la minería piensan que somos accionistas, que tenemos trabajo directo. Eso no es cierto.  Al contrario, somos más empobrecidos por la minería, nuestros animales se mueren, aquí la gente muere de cáncer, tenemos niños con leucemia, con plomo, arsénico, cadmio en la sangre, pero ni el Estado ni la empresa minera hicieron ningún plan de contingencia ni dan atención de salud especializada”.

Tampoco la empresa minera Antapaccay se estaría haciendo responsable de las afectaciones ambientales en Espinar, según Cutí. “La empresa minera se hace de la vista gorda, el Estado nos ignora a pesar de que el Ministerio de Salud sacó resultados de metales tóxicos por encima de los límites permisibles. No nos escuchan, no nos dan solución. Por ejemplo, mi madre tiene plomo y arsénico en su sangre y la hemos llevado a la ciudad, donde la doctora nos dice: que mi madre va morir lentamente. No hay forma de separar los metales de la sangre, no hay especialistas en el Perú ni en el mundo. Entonces, estamos condenados a morir lentamente, esa es la bendición de la que habla Pedro Cateriano. También los jóvenes a nuestra temprana edad sufrimos de carnosidad en nuestra vista por la alta contaminación que existe”, precisó.

En ese contexto, Melchora Surco, defensora de los afectados por los metales pesados, expresó sentirse triste y preocupada por la vida y la salud de los afectados y afectadas que viene muriendo de cáncer, leucemia y otros males. “Yo hablo por ellos, por nuestros derechos que venimos luchando desde el año 2013 y que a la fecha no encontramos atención del gobierno. Exijo al gobierno de Martin Vizcarra que haya atención y medicinas para los afectados por metales tóxicos, porque no es justo que seamos olvidados como cualquier animal”, reclamó Melchora.

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